Después de un difícil año lleno de incertidumbre y obstáculos esta semana llega el momento del examen PIR. Muchas son las ilusiones, y miedos depositados en este momento.
No hay una regla matemática para saber si esta convocatoria será el año de tu plaza. Cada persona y cada situación es un mundo por descubrir. En un proceso de oposición como el PIR juegan e interactúan muchas variables.
Queremos enviaros a través del testimonio de nuestra compañera Irene Layunta Romero que consiguió su plaza PIR en la anterior convocatoria un mensaje de ánimo y de reconocimiento a la valentía y a la motivación por ir hacia tus sueños dentro de esta preciosa profesión. A por tu plaza de Formación Sanitaria Especializada.
Irene nos escribe desde su puesto como R1 Residente de primer año…
Fue en 4º de carrera cuando el PIR empezó a rondar mi cabeza, no sabía muy bien lo que significaba, así que comencé a informarme y a buscar que quería decir eso de “Psicólogo Interno Residente”. En Arke, la academia donde llevaba preparándome toda la carrera, habían empezado con los cursos PIR, así que una vez acabado el verano, me apunté al curso intensivo.
De septiembre a enero, fueron meses intensos, de muchísimo estudio, donde exprimí cada párrafo de los apuntes que me daban en la academia, me guíe por las recomendaciones de nuestros profesores (la mayoría pires) y llegué a mi primer examen PIR. Mis sensaciones fueron una mezcla de miedo e ilusión, miedo por el reto al que me estaba enfrentando e ilusión por haber sido capaz de llegar hasta allí. Mi primera convocatoria conseguí el puesto 556.
La segunda convocatoria PIR la cogí con muchísimas ganas, era muy consciente del esfuerzo que tenía que hacer y estaba dispuesta a darlo todo. En Arke me apunté al curso anual que iba de marzo a enero, seguí el planning que me mandaban desde la academia y preparé mis apuntes con los manuales originales, leyendo, subrayando, resumiendo… Fueron unos meses muy duros y sacrificados, pero también de muchísimo aprendizaje y que sentaron las bases para poder afrontar el examen. En esta segunda convocatoria obtuve el puesto 419, para mí fue una gran frustración, sentí que sabía mucho más que aquel resultado, pero el PIR es así, un camino amargo y dulce a la vez.
Para el tercer intento, esperé unos meses más para poder recuperarme física y psicológicamente de la última convocatoria, estaba muy cansada y necesitaba tiempo para encontrar la motivación y seguir estudiando. Continúe en el curso anual de Arke, rehíce todos mis apuntes e incluí nuevos manuales. Este año me lo tomé con más calma y traté de flexibilizar el método y las horas de estudio, compaginándolo con trabajos de pocas horas. En esta tercera convocatoria conseguí el puesto 230 y aunque no tenía plaza, vi que sí que lo podía conseguir y que debía seguir intentándolo.
La cuarta convocatoria PIR fue diferente al resto, estuve trabajando varios meses y lo iba compaginando con el estudio; fui completando los apuntes con manuales nuevos y a finales de agosto retomé al 100% la rutina de estudio y academia hasta enero. Como había sido un año más “tranquilo” llegue al examen muy descansada y consciente de cual era mi objetivo y ¡por fin lo conseguí! Por fin había conseguido mi plaza PIR, puesto 154, creedme que la felicidad que sentí en ese momento fue indescriptible!
Para sacar plaza PIR no hay ni una fórmula mágica ni un único camino, cada persona es diferente y lo importante es conocerse a uno mismo y saber que método te funciona. La perseverancia, organización y disciplina son muy importantes, pero también hay que descansar, cuidarse y hacer aquellas cosas que te hacen sentir bien y sobretodo rodearte de la gente que te quiere y te apoya.
Agradezco de todo corazón a las personas que me han acompañado en este largo proceso, familia, amigos, profesores y me han apoyado, han confiado en mí cuando mis fuerzas flaqueaban.
El camino es duro pero, ¡si se puede!