¡Qué alegría saber que Maite Basanta Patiño ha conseguido una plaza PIR!. Además ha querido compartir su experiencia, un camino para valientes, una muestra de constancia y perseverancia digna de una campeona.
No recuerdo muy bien cuándo fue la primera vez que el PIR pasó por mi cabeza, pero sí recuerdo que esa idea se metió muy dentro y en septiembre me apunté al curso intensivo de Arke, ya que si había tomado este camino debía ir a por todas y con el mejor acompañamiento.
En la academia me guiaron y conocí a muchos compañeros que serían clave en esta aventura. Desde entonces hasta la convocatoria estudiaba de lunes a sábado, intenté meterme todos los manuales un poco por embudo y así llegué al examen de enero de 2018 con un montón de conocimientos un poco en el aire. Recuerdo aquel día como una gran experiencia, disfruté el examen y lo hice lo mejor posible. Resultado, posición 507.
Las primeras semanas después del examen estaba eufórica, pero después vino el bajón, empecé a plantearme que tal vez esto era demasiado para mí y a tener muchas dudas, me di un tiempo y en marzo decidí que debía volver a la carga, a por todas un año más, así que volví a apuntar a Arke, esta vez en el curso anual.
Los primeros meses me dediqué a organizar bien los materiales, ahora contaba con un año entero para poder trabajar. Al ser Arke una academia que trabaja por manuales de referencia es exigente y a veces me desbordaba tener varios libros para cada área, así que integré todo lo que pude los materiales hasta agosto, con las recomendaciones que me daban los profesores. Después de las vacaciones, me dediqué ya solo a estudiar, de lunes a sábado por la mañana, con las tardes del sábado y el domingo entero de descanso. No sé cuántas horas estudiaba ya que yo iba por objetivos, a las 8 de la mañana siempre estaba puntual en la biblioteca, me dividía cada área en días y en horas que había calculado que me llevaba leer cada cierto número de páginas sin pausa pero sin prisa, así que cuando terminaba el objetivo del día cerraba los libros y a descansar o a hacer preguntas y preguntas en el sofá de casa, por lo general nunca más tarde de las 19:30.
Durante todo el segundo año aunque notaba que la base de conocimientos cada vez estaba más asentada tuve muchos miedos y muchas inseguridades, creía que cada día me alejaba más del objetivo y los resultados de los simulacros no ayudaban, estaré eternamente agradecida a una profesora de Arke que cada vez que le comentaba estos pensamientos me repetía que no era más que una percepción y a poder contar con un gran equipo al que recurrir cada vez que me sentía un poco al límite.
Los últimos quince días hice un repaso rápido de todas las asignaturas y el día de antes del examen lo dejé libre porque quería estar descansada para el día importante. Este último año no disfruté tanto el examen, me pareció muy difícil, pero aún con el nivel de dificultad, con todas las frustraciones, los miedos y las inseguridades de este segundo año lo conseguí y la alegría de ese momento en que ves tu nombre en la lista es indescriptible.
En cuanto al estudio mi recomendación es dejarse guiar y aconsejar por los profesores, planificar planificar y planificar, hacer muchos simulacros e invertir tiempo en corregirlos, hacer preguntas de convocatorias anteriores y aprovechar el tiempo, es preferible invertir pocas horas y de calidad que hacer maratones calentando la silla.
Creo que es fundamental rodearte de gente que vive esta experiencia como tú, con las mismas ganas e intensidad, que se lo juega todo al mismo sueño, son tu punto de apoyo cuando tienes un mal día. También disfrutar de tus seres queridos, los que creen en ti ciegamente, los que te miran a los ojos y te dicen el más sincero “tú puedes” aunque tú por dentro estás pensando que no tienen ni idea de lo que están diciendo, pero a la mañana siguiente cuando el despertador vuelve a sonar sus palabras son el motor, y a última hora cuando estás cansado y no puedes más la fuerza para aguantar otro ratito.
Ojalá pudiera decir que ha sido un camino fácil, pero el PIR es un camino para valientes, para caer y volver a levantarse, el PIR es mucho esfuerzo, muchas veces no recompensado. Solo puedo dar gracias a todos los que me han acompañado en este camino y a los que siguen luchando pedirles que confíen en ellos y hasta el final.
Maite Basanta Patiño